En Genalguacil, hay fuentes por doquier, de agua fresca y cristalina que brota con placer, estas fuentes son como tesoros, que se pueden disfrutar y sobre todo beber. Son fuentes naturales que siempre han estado ahí, en las calles y rincones del pueblo feliz, en ellas el agua fluye de forma libre, y en cada una de ellas hay una historia que decir. En el verano, las fuentes son una bendición, consumir frescura y alivio a la sofocación, los vecinos se acercan con sus vasijas y jarrones, llenándolos con agua fresca, lista para beber. El sonido del agua cayendo es una melodía, que acompaña a quienes se acercan a la fuente cada día, los pájaros beben de ellas y la vida prospera, un regalo de la naturaleza que siempre se regenera. Las fuentes públicas de Genalguacil, son un tesoro que debe ser apreciado, son un símbolo de la tradición y la historia, y en ellas el pasado y el presente están unidos. En estas fuentes, la gente se reúne y charla, se escuchan risas y voces alegres que animan, y se siente la conexión con la tierra y el agua, que nos recuerda lo afortunados que somos de vivir en Genalguacil. |
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